Tharros, mare e
stelle
Este
último fin de semana (24 y 25 de octubre) fuimos a Oristano fugazmente
aunque pudimos ver la catedral situada
al lado de la estación central. Después nos dirigimos a desayunar, encontramos
una pastelería donde nos sentamos para desayunar, allí fue donde comí el mejor
croissant de crema de mi vida, también probé uno muy bueno de mermelada de
frutas del bosque. Así que después de desayunar nos dirigimos hacia la estación
central para poner rumbo a Cabras, en este municipio visitamos el museo de los
gigantes de mont’e Prama, los gigantes de mont’e Prama son esculturas que fueron esculpidas 8 siglos
AC.
Museo de Cabras |
Después
alquilamos un transporte privado para ir a Tharros, donde descubrimos unas
playas increíbles, donde el azul del agua era claro en algunas partes y en
otras oscuras creando un gran encanto. En medio de las dos playas se encontraba
la torre Spagnola mandada a construir por
Felipe II. Detrás de ella, en la ladera está el yacimiento de una
antigua civilización fenicia.
Torre española en Tharros |
Al
día siguiente nos dimos un paseo por las cortes apertes de Aritzo (fiesta
tradicional) donde pudimos ver que otro tipo de fiesta diferente con respecto a
Belvì, ya que Belvì conserva más las tradiciones y tiene una decoración más
elaborada. En Belvì hay menos cantidad, pero mucha más calidad como dice
nuestro alcalde, Rinaldo. Sin embargo, la hospitalidad y la amabilidad siempre
están presentes en esta región.
Anoche
fue una experiencia increíble, aquellas que son citadas en libros y añoradas
por viajeros. Cuando regresábamos a casa caminando desde Aritzo, el pueblo
situado a 2 km de distancia, se paró una
camioneta que nos ofreció llevarnos (un passaggio como dicen en Italia) nos
montamos Salvatore, Bogdan, Verna y yo
en la parte trasera. Las chicas iban en la parte delantera. Nosotros estábamos
fuera donde se podía contemplar un cielo plagado de estrellas que relucen
muchas noches y las cuales te cargan de energía. El aire frío de la noche
golpeaba nuestra cara, era emocionante estar en la parte de atrás era como
hablaba de ello un capítulo del libro de
Jack Kerouac “On the Road” sentirse
libre, parte de la naturaleza, nos intentábamos poner de pie desafiando
nuestros límites e intentando gozar el máximo. Tras unos pocos minutos habíamos
llegado a Belvì pero nos sentíamos diferentes más llenos, más salvajes y más
libres.
El conductor lejos de ser un extraño era nuestro amigo Pietro eso lo
supimos al bajarnos del coche, por lo cual, esa inconsciencia de pensar que el
conductor era un desconocido hizo que fuera una aventura.
“One day I will find the right
words, and they will be simple.”
Jack Kerouac, The Dharma Bums
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