viernes, 14 de noviembre de 2014

Tharros, mare e stelle

Tharros, mare e stelle

Este último fin de semana (24 y 25 de octubre) fuimos a Oristano fugazmente aunque  pudimos ver la catedral situada al lado de la estación central. Después nos dirigimos a desayunar, encontramos una pastelería donde nos sentamos para desayunar, allí fue donde comí el mejor croissant de crema de mi vida, también probé uno muy bueno de mermelada de frutas del bosque. Así que después de desayunar nos dirigimos hacia la estación central para poner rumbo a Cabras, en este municipio visitamos el museo de los gigantes de mont’e Prama, los gigantes de mont’e Prama  son esculturas que fueron esculpidas 8 siglos AC.



Museo de Cabras
Después alquilamos un transporte privado para ir a Tharros, donde descubrimos unas playas increíbles, donde el azul del agua era claro en algunas partes y en otras oscuras creando un gran encanto. En medio de las dos playas se encontraba la torre Spagnola mandada a construir por  Felipe II. Detrás de ella, en la ladera está el yacimiento de una antigua civilización fenicia.




Torre española en Tharros










Al día siguiente nos dimos un paseo por las cortes apertes de Aritzo (fiesta tradicional) donde pudimos ver que otro tipo de fiesta diferente con respecto a Belvì, ya que Belvì conserva más las tradiciones y tiene una decoración más elaborada. En Belvì hay menos cantidad, pero mucha más calidad como dice nuestro alcalde, Rinaldo. Sin embargo, la hospitalidad y la amabilidad siempre están presentes en esta región.

Anoche fue una experiencia increíble, aquellas que son citadas en libros y añoradas por viajeros. Cuando regresábamos a casa caminando desde Aritzo, el pueblo situado a 2 km de distancia,  se paró una camioneta que nos ofreció llevarnos (un passaggio como dicen en Italia) nos montamos Salvatore, Bogdan, Verna  y yo en la parte trasera. Las chicas iban en la parte delantera. Nosotros estábamos fuera donde se podía contemplar un cielo plagado de estrellas que relucen muchas noches y las cuales te cargan de energía. El aire frío de la noche golpeaba nuestra cara, era emocionante estar en la parte de atrás era como hablaba de ello un capítulo del libro de Jack Kerouac “On the Road” sentirse libre, parte de la naturaleza, nos intentábamos poner de pie desafiando nuestros límites e intentando gozar el máximo. Tras unos pocos minutos habíamos llegado a Belvì pero nos sentíamos diferentes más llenos, más salvajes y más libres.







El conductor lejos de ser un extraño era nuestro amigo Pietro eso lo supimos al bajarnos del coche, por lo cual, esa inconsciencia de pensar que el conductor era un desconocido hizo que fuera una aventura.

“One day I will find the right words, and they will be simple.”

   Jack Kerouac, The Dharma Bums



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